Fotografía cortesía de J. Mallefet, FNRS/UCL
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Parece que va contra toda lógica, pero según un nuevo estudio, el tiburón pigmeo se ilumina para camuflarse en la oscuridad.
La investigación podría ayudar a comprender uno de los mayores misterios de la evolución de los tiburones: el origen de su luminosidad.
«Más del 10% de las especies de tiburones son luminosas», afirma por correo electrónico el autor del estudio Julien Claes.
«Sin embargo, la bioluminisciencia sigue siendo una de las grandes incógnitas de la biología de los tiburones», añade el biólogo de laUniversidad Católica de Lovaina, en Bélgica.
El tiburón pigmeo, de unos 15 centímetros, es uno de los más pequeños del mundo, y según el estudio, su luz azul le ayuda a camuflarse en las profundidades del océano.
«Si nadas en las oscuras aguas azules, visto desde abajo, creas una sombra frente a la luz azul que viene de la superficie», comenta el coautor del estudio Jérôme Mallefet.
«Si tú mismo produces la misma luz azulada, desapareces, ya no creas esa sombra», añade.
Tiburones semáforo
Estudios anteriores revelaron que tres hormonas (melatonina, prolactina y alfa MSH) controlan la emisión de luz en otras especies de tiburón, como el tiburón linterna.
Además de ser capaz de brillar de forma continua, el tiburón linterna, de unos 60 centímetros, puede iluminar zonas de la piel en pequeñas ráfagas.
Por ejemplo, «los machos y las hembras pueden reconocerse entre ellos en la oscuridad observando sus órganos sexuales», señala Mallefet. «El pterigopodio de los machos se ilumina durante breves periodos».
Los investigadores inyectaron tres hormonas y neurotransmisores que controlan la bioluminiscencia en muestras de piel de tiburones pigmeo para descubrir si esta especie y los tiburones linterna regulan su luminosidad de la misma forma.
Los resultados demostraron que en ambas especies la melatonina produce un brillo constante, y la alfa MSH lo apaga.
Asimismo, observaron que los neurotransmisores no tuvieron ningún efecto en ninguna de las especies.
Sin embargo, la prolactina, que provoca ráfagas de luz en el tiburón linterna, hace que los órganos del tiburón pigmeo se apaguen.
El equipo concluyó que el tiburón pigmeo no puede brillar en pequeñas ráfagas, sino que se ilumina únicamente para camuflarse.
Una misma evolución
Puesto que estos dos tiburones pertenecen a las dos únicas familias conocidas de tiburón que se iluminan, el hecho de que ambos utilicen las mismas hormonas indica que la evolución de la bioluminiscencia de los tiburones es única.
Sin embargo, el sistema de los tiburones pigmeo, más simple, sugiere que esta especie es más cercana al primer ancestro de tiburón con capacidad para brillar.
El tiburón linterna, en cambio, parece estar emparentado con especies posteriores que desarrollaron un sistema de iluminación más complejo.
«La luminosidad de esos tiburones tenía más funciones que el simple camuflaje», señala Mallefet. «También servía para comunicarse».
A pesar de que el estudio revela cómo se activa la bioluminiscencia, sigue sin estar claro qué sustancia es la que brilla.
Hasta ahora, no parece que los órganos que emiten luz contengan bacterias u otras sustancias químicas, como es el caso de otros animales con capacidad para brillar.
«Es un misterio, quizá se trate de algo completamente nuevo en el mundo animal», señala Mallefet.
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