Los científicos han encontrado que los murciélagos combinan con éxito trabajo y cortejo sexual, un doble objetivo que cumplen gracias a la utilización de llamadas de ecolocación.
Si por un lado les sirven para orientarse y buscar alimento, éstas también contieneninformación sexual, así como otra que les permite mantener una vida social activa, ayudándoles a hacer amigos y a mantenerlos, afirma un nuevo estudio publicado en la revista Proceeding of the Royal Society.

Según la reciente investigación, las llamadas de la ecolocación no sólo les permite encontrar lugares donde hay manduca fácil, siendo muy útiles también para otras técnicas de caza, esta vez en el terreno sexual. Así, estos mamíferos alados ligotean mediante la emisión de dichas frecuencias y revolotean siempre con las antenas puestas para captar a potenciales parejas.
Encontrar nuevas hembras dispuestas a engrosar los harenes en los que se dividen las colonias de murciélagos es el objetivo último de estos ultrasonidos. Eso sí, el éxito dependerá del atractivo de los machos, y en ello tiene mucho que ver el nivel de testosterona de cada ejemplar. A niveles más altos de esta hormona sexual masculina, más papeletas para ser considerado un buen partido, si bien la relación causal todavía no ha logrado establecerse.

Venid a mi harén

La investigación, que se centró en los murciélagos de la especie Saccoptery bilineata, observó que en sus llamadas de ecolocación había información que finalmente se traducía en un buen recibimiento a las hembras que decidían engrosar el harén y en un trato hostil hacia los machos rivales. Por lo tanto, la información sirve tanto para facilitar el cortejo como para una comunicación social en la que la rivalidad es parte fundamental.
Los murciélagos piensan en el sexo mientras trabajan
En concreto, las llamadas contienen firmas en las que se trasmite el sexo y las característicasindividuales, como la pertenencia a uno u otro grupo, la edad, etc., lo que convierte el sistema de la ecolocación para un sinfín de utilidades, más allá de las conocidas hasta ahora, pero igualmente esenciales para la supervivencia de la especie.

Un perfume apestoso para seducir

Pero la ecolocación sólo es un instrumento más entre los muchos secretos de seducción que guardan los murciélagos. “Para excitar todos los sentidos posibles en ellas, los murciélagos utilizan al máximo los estímulos visuales, acústicos y olfativos”, dijo Mirjam Knörnschild, el autor principal del estudio.
El experto explica que uno de los momentos estelares del cortejo ocurre cuando el macho se sitúa delante de la hembra y mueve las alas con ímpetu, exponiéndola a un fuerte olor a orina y secreciones glandulares que guarda en unos sacos que tiene en las alas. Supuestamente, las hembras entonces sacan las conclusiones pertinentes sobre la compatibilidad genética o su aptitud como posible pareja y aceptan o rechazan al maloliente bailarín.
Por cierto, aunque la investigación se ha realizado con la especie mencionada, los científicos creen que sus conclusiones son extrapolables a otros tipos de murciélagos. Y, en general, bien podemos decir que el estudio es uno más de los miles, millones de evidencias que demuestran nuestra todavía supina ignorancia sobre el comportamiento animal.