Entre estalactitas y estalagmitas, la gruta posee una gran profundidad aún parcialmente explorada. Tan solo se han llegado a conocer hasta 400 metros de este complejo mundo de oscuridad en el que palpita un ecosistema del que también forman parte loros, golondrinas, murciélagos, pericos, arácnidos, artrópodos y diversas especies de flora.
Si vas, no te puedes perder el atardecer, cuando un impresionante y bullicioso contingente de fauna alada, del que sobresalen los guacharros que llegan a medir hasta 50 cm, sale de la lúgubre cueva hacia el iluminado bosque en búsqueda de frutos y semillas de diferentes árboles y palmeras: pijuayo, huicungo, requi colorada y ungurawi.
Para llegar vía Huánuco se toma el camino que lleva al poblado del Monzón, y después de cruzar el puente Córpac se coge un desvío para llegar entre dos y tres hora. Desde Lima se debe tomar la Carretera Central y entre nueve y once horas se llega a Tingo María.
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