La naturaleza y las terribles condiciones meteorológicas de algunos lugares de nuestro planeta tienen a veces resultados sorprendentes y conmovedores. Incluso los animales mejor adaptados para sobrevivir condiciones de frío extremo no soportan a veces estas condiciones y sucumben bajo el viento helado, pero eso sí, luchando hasta el su último aliento.








No se rindieron ni se tumbaron a descansar ni a dejarse morir en ningún momento, si no que pelearon hasta que el frío heló sus músculos en su último paso.




El ciclo de la vida continúa, y los que mueren son una oportunidad de supervivencia para los que quedan. Aquí vemos un ciervo que murió congelado y que va siendo devorado por alimañas y depredadores.




Naturaleza, dura y despiadada y a la vez bella y sorprendente.


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