Los hechos sucedieron en la mañana del pasado viernes, cuando el circo Rinaldo Orfe llegó a la ciudad de Imola cargado de animales que exhibir y a los que obligar a realizar absurdos trucos como parte de su espectáculo. Fue entonces cuando una joven jirafa logró escapar y emprendió la fuga por las calles de la ciudad, entre el caos de las bocinas de los coches y los gritos de la gente, rodeada de cemento y asfalto, aturdida y sin saber hacia dónde dirigirse.
La huida, que comenzó a las 9 de la mañana, terminó a las tres de la tarde cuando, tras una intensa persecución, un policía provincial alcanzó a la jirafa con un dardo tranquilizante.
Sin embargo, la jirafa no regresó al circo. Muerta de miedo por la estresante situación vivida,cayó al suelo de un paro cardíaco. Su corazón no puedo soportar la anestesia, ni el miedo y el sufrimiento que su fallida huida le provocó.
«El circo tiene irse, no puede permanecer en la ciudad después de esta demostración de negligencia y superficialidad», afirmó el alcalde de Imola, que aseguró que se tomarán medidas para prevenir la instalación de circos con animales en el futuro.
Esperamos que las palabras del alcalde de Imola se conviertan en hechos, tanto en esta como en cualquier otra ciudad en la que los animales sean utilizados para divertimento de los seres humanos.
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