El bicho picudo que protagoniza el primer vídeo es un pescador de primera, pillín como él sólo, que utiliza el pan como cebo para conseguir la cena. Se coloca a la orillita del río sin mojar siquiera sus patas, sigiloso, y con su largo pico va controlando que el pan no se vaya demasiado lejos. Pero, sobre todo, vigila que ningún pez acabe por zampárselo sin caer en su trampa, algo que ocurre en tan sólo unos segundos.
Es gracioso ver cómo el pájaro se las ingenia a las mil maravillas para conseguir su propósito, y cómo lo logra con una gran rapidez. Además, visto lo visto, probablemente tardará más en pescar un trozo de pan que en conseguir que piquen su anzuelo. Aunque, en realidad, si ha aprendido a pescar de este modo ha sido por imitación en un lugar donde es fácil encontrar trocitos de pan en el suelo. ¿A qué nos referimos?
En efecto, su curioso comportamiento tiene una explicación sorprendente. Es en lo que ha derivado nuestra convivencia con los pájaros en parques donde hay estanques, es decir, nos imitan en nuestra costumbre de echarles trozos de pan a los pececitos. Con la gran diferencia de que nosotros engordamos a los peces con pan mientras las aves lo utilizan como cebo para engordar ellos. Eso, hasta que los peces caigan en la cuenta y se vuelvan desconfiados…
En realidad, son muchas las especies que utilizan de forma astuta distintas herramientas. Algunos peces, como los de estos vídeos, se caracterizan por tener estas habilidades para la pesca, tan parecidas a las nuestras. Incluso, cuando no tienen pan utilizan hojas, ramas o bayas, es decir, cualquier cosa que encuentran por el suelo y pueda flotar.
En el segundo vídeo llama la atención cómo el pájaro va probando suerte a lo largo de la orilla. Si ya impacta verlo utilizar el pan para atraer a los peces, más allá de este aprendizaje, observar sus movimientos y comportamiento es como estar viendo a un ser humano. ¿No es increíble lo mucho que nos parecemos? Ya se sabe, la necesidad aguza el ingenio.
Es gracioso ver cómo el pájaro se las ingenia a las mil maravillas para conseguir su propósito, y cómo lo logra con una gran rapidez. Además, visto lo visto, probablemente tardará más en pescar un trozo de pan que en conseguir que piquen su anzuelo. Aunque, en realidad, si ha aprendido a pescar de este modo ha sido por imitación en un lugar donde es fácil encontrar trocitos de pan en el suelo. ¿A qué nos referimos?
En efecto, su curioso comportamiento tiene una explicación sorprendente. Es en lo que ha derivado nuestra convivencia con los pájaros en parques donde hay estanques, es decir, nos imitan en nuestra costumbre de echarles trozos de pan a los pececitos. Con la gran diferencia de que nosotros engordamos a los peces con pan mientras las aves lo utilizan como cebo para engordar ellos. Eso, hasta que los peces caigan en la cuenta y se vuelvan desconfiados…
En realidad, son muchas las especies que utilizan de forma astuta distintas herramientas. Algunos peces, como los de estos vídeos, se caracterizan por tener estas habilidades para la pesca, tan parecidas a las nuestras. Incluso, cuando no tienen pan utilizan hojas, ramas o bayas, es decir, cualquier cosa que encuentran por el suelo y pueda flotar.
Comportamientos asombrosos
Lógicamente estos comportamientos están desconcertado a los científicos, que encuentran en ellos un interesante objeto de investigación. Entre otros casos, se ha estudiado a un pulpo como el primer invertebrado conocido que utilizaba herramientas y a un elefante que hacía un inteligente uso de un cubo.En el segundo vídeo llama la atención cómo el pájaro va probando suerte a lo largo de la orilla. Si ya impacta verlo utilizar el pan para atraer a los peces, más allá de este aprendizaje, observar sus movimientos y comportamiento es como estar viendo a un ser humano. ¿No es increíble lo mucho que nos parecemos? Ya se sabe, la necesidad aguza el ingenio.
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