Pese a las protestas internacionales, el pasado jueves 22 el gobierno de Canadá aprobó el inicio de la temporada de caza de focas, adelantando la fecha prevista debido a las cálidas temperaturas y el deshielo que se está produciendo en el Golfo de San Lorenzo.
Las autoridades han fijado el número máximo de animales a matar en nada menos que 400.000 individuos, al igual que el año pasado, y han informado de que habrá un grupo de 5 barcos como máximo, de los cuales sólo dos de ellos se dedican a la caza comercial.
Sin embargo, se espera que muchas de las crías de foca ya habrán muerto antes de ser apaleadas por los cazadores debido a la mala calidad del hielo marino que les sirve de hogar durante sus primeras semanas de vida.
El comercio de piel de foca ha caído en picado en los últimos años, ya que EE.UU. , los países de la Unión Europea y, recientemente, Rusia, que era la mayor importadora de pieles de foca (hasta el 90% del total), han prohibido el comercio de productos derivados de estos animales. Incluso algunos miembros del Parlamento de Canadá están cuestionando públicamente si ha de continuar esta masacre anual.
La matanza de focas supone otra muestra más de la poca consideración que existe hacia los demás animales, creyendo que sus vidas tienen únicamente el valor del beneficio que se pueda obtener de ellas.
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