Los hechos ocurrieron al oriente de la capital del Valle cerca al barrio Bonilla Aragón. En un cultivo de caña, los habitantes se encontraron a ‘Pablo’, el caballo carretillero de un vecino consumiéndose por las llamas y agonizante por las quemaduras.
“De inmediato llamaron al 123 y se desplazó personal de la Policía Ambiental. Era un cuadro escabroso de crueldad animal”, relató el sargento Yovanni Ñánez, comandante de la Policía Ambiental.
El animal, un caballo amarillo bayo, de unos 6 años, aún estaba vivo. Sufrió quemaduras de primer y tercer grado en un 90 por ciento de su cuerpo.
El propietario del caballo y su acompañante aseguraron encontrarse sorprendidos y argumentaron que en la noche anterior dejaron a ‘Pablo’ descansando.
Sin embargo, la Policía trata de establecer una versión que señala que al animal le rociaron gasolina y le prendieron fuego porque se negaba a caminar.
Ante la gravedad de las heridas fue necesario acudir al Centro de Zoonosis del Municipio, donde se decidió aplicarle la eutanasia compasiva para evitar su sufrimiento.
El propietario del caballo y su acompañante aseguraron encontrarse sorprendidos y argumentaron que en la noche anterior dejaron a ‘Pablo’ descansando.
Sin embargo, la Policía trata de establecer una versión que señala que al animal le rociaron gasolina y le prendieron fuego porque se negaba a caminar.
Ante la gravedad de las heridas fue necesario acudir al Centro de Zoonosis del Municipio, donde se decidió aplicarle la eutanasia compasiva para evitar su sufrimiento.
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