La organización Greenpeace ha creado una página llamada Hielo negro para denunciar los vertidos de petróleo que tienen lugar en el norte de Rusia, así como sus terribles consecuencias. En la página se ofrece toda la información, explicando los impactos y la contaminación de los vertidos. Algo parecido puede ocurrir en aguas del Ártico, un ecosistema mucho más frágil.
Durante varios meses, activistas y científicos de Greenpeace han visitado la República de Komi, en el norte de Rusia, para investigar lo que sucede en este lugar. Los vídeos y las fotografías tomadas en esta región demuestran la destrucción originada por la industria petrolera rusa, que ahora quiere perforar más al norte, en el océano Ártico.
Las imágenes muestran paisajes contaminados, entrevistas con personas que viven allí y que dan testimonio de los impactos reales que tiene la extracción del petróleo.
Las imágenes muestran paisajes contaminados, entrevistas con personas que viven allí y que dan testimonio de los impactos reales que tiene la extracción del petróleo.
La ambición sin límites de la industria petrolera rusa ha destruido los lugares donde se desarrolla su actividad y ha tenido un impacto devastador sobre los habitantes de la región. La comida y el agua están contaminados por el petróleo, lo que pone en peligro la salud pública. Los derrames de crudo, cuantificados en 500.000 toneladas al año en estos territorios del norte de Rusia, son causantes de la contaminación de los ríos que llegan al océano Ártico.
Pero la ambición de las petroleras no tiene límite y el gigante Gazprom proyecta extraer petróleo aún más al Norte, en el océano Ártico. Una investigación realizada por Greenpeace ha puesto al descubierto, que el plan de emergencias en caso de vertido, para su plataforma de exploración Prirazlomnaya, expiró hace un mes. Por tanto, si Gazprom comienza a extraer petróleo en la zona estaría llevando a cabo una actividad ilegal.
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